Gorillaz definitivamente ha contribuido de manera significativa a la industria de la música. Pues combinación de estilos musicales y su visión artística innovadora los han puesto en un lugar privilegiado dentro la escena musical. La banda ha sido el reflejo del cambio y la evolución de la cultura moderna. Ahora luego de más de 20 años de trayectoria presentan su octavo álbum de estudio titulado “Cracker Island”, el cual está repleto de colaboraciones, pero con más dudas que certezas.
Esta banda virtual, creada por Damon Albarn y Jamie Hewlett en el año 1998, ha sido ampliamente reconocida por la innovadora combinación de hip hop, pop, rock y electrónica que han aportado sus melodías. Desde su comienzo, Gorillaz se ha distinguido por su excelencia en la producción musical, el talento vocal y su visión artística particularmente original. En este nuevo álbum «Cracker Island», la banda vuelve a mostrar un repertorio de sonidos fiel a su base de indie pop con sus característicos matices electrónicos bien marcados. Sin embargo, algunas pistas no cumplen con las expectativas de los fanáticos y pueden sentirse un poco desequilibradas.
GORILLAZ Y OTROS MÁS
Como una banda compuesta por personajes de dibujos animados, Gorillaz en teoría podría hacer cualquier cosa. Pero en “Cracker Island”, Damon Albarn y su equipo no hacen mucho para romper con lo común. Este álbum destaca por contar con invitados como Stevie Nicks, Thundercat, Bootie Brown, Tame Impala, Beck y Bad Bunny. La mayoría de las canciones siguen los tropos clásicos de Gorillaz: una variedad de características llamativas, hip hop, dub y melodías melancólicas que inundan el disco con una especie de “sol brillante”.
Dicho esto, hay algunos destaques, como «Silent Running» (feat. Odeleye Omotayo) y «Skinny Ape» son por mucho las mejores canciones del álbum y algunas de las mejores de Albarn en la última década, con interpretaciones vocales excelentes. La melodía de los versos de «Skinny Ape» es particularmente, maravillosa y vulnerable. Al igual que la vibrante sensitividad y resonancia de “Silent Running”.
Por otro lado, había gran expectativa por cómo sería la colaboración con Bad Bunny en este álbum. Como resultados de esto aparece «Tormenta», una buena canción, con una explosión alegre y soleada de reggaeton, pero que parece más una continuación del último álbum de Bad Bunny y no un trabajo de Gorillaz, por lo que se siente completamente divorciada de la narrativa del álbum. Encontramos también a «New Gold», que suena más como una canción de Tame Impala que de Gorillaz, ya que la única contribución de Albarn es un puente decepcionante.
LO QUE NOS DEJA «CRACKER ISLAND»
Sin embargo, cuando Gorillaz se queda solo a lo largo del álbum, logra destacar con algunos de sus mejores materiales. Como «Tarántula” o «Baby Queen», que es una hermosa pieza de dream-pop que se destaca por recortar las peores tendencias teatrales de Albarn. De esta manera, aunque no hay mucho que se destaque en «Cracker Island», tiene buenas canciones que destacan mejor por separado o como singles individuales que en conjunto. Dicho esto de Gorillaz se siente como algo extraño, pues sus álbumes siempre se han caracterizado por tener un concepto sólido y cohesivo. Pero como lo dijimos en líneas anteriores, Gorillaz tiene crédito suficiente para hacer lo que sea e incluso fracasar en el intento. Que si bien “Cracker Island” no me parece un fracaso, claramente no es uno de sus mejores discos, y de igual modo no afecta en nada el legado de la banda.
CALIFICACIÓN GLOBAL-POP!
7/10
ARTISTA: Gorillaz
ÁLBUM: Cracker Island
GÉNERO: Indie Pop
PAÍS: Inglaterra
AÑO: 2023